Artista Multidisciplinaria | URUGUAY
PAPELOGIA: archivo personal | 12.2022
Atelier Marisa Bernotti | Ruta 105 km 21. Dolores. Soriano. Uruguay
Declaración de artista | Papelogía: un archivo personal
En este trabajo abordé mi propia identidad individual y familiar a través de la narración creativa. Para este proyecto, investigué dentro de mis agendas desde 1991 hasta 2021 para reflexionar sobre la estructura patriarcal en la que crecí y las intersecciones con mis propias prácticas de libertad utilizadas para crear mi identidad.
No sólo me interesaba cómo se rigen o se nos imponen discursos, leyes, reglas de obediencia e instituciones de sujeción, sino cómo podemos hacernos y gobernarnos a nosotros mismos. Además de artista, soy empresaria del sector de maquinaria agrícola en Uruguay y vivo en el campo con mi familia, tengo tres hijas.
Mi abuela materna "Chela" ejerció una gran influencia en mi vida y me enseñó la importancia de los lazos con otras mujeres para ser fuerte e independiente en la vida. He encontrado colectividad a través de las mujeres de mi familia, colaborando en mi práctica con mi propia madre, hijas, hermanas, tías, amigas y sobrinos. De este entorno y conexiones surge una nueva práctica artística que consiste en un grupo multigeneracional de mujeres trabajando, colaborando y dándose apoyo mutuo, una nueva formación que no se basa en estructuras de poder patriarcales sino en lazos de amor.
Este proyecto es parte de esta nueva formación, una conversación conmigo misma desde el pasado hasta ahora:
“Hice una performance arqueológica de mi propia vida con autoridad para rescatar y descartar historias, archivar elementos y sanar traumas”.
Sobre la artista | Respecto a esta exhibición
Marisa Bernotti nació en Montevideo en 1978, pero ha vivido la mayor parte de su vida en la localidad rural de Dolores, en el departamento de Soriano. Es una mujer del interior, y siempre ha vivido en el campo, en el mismo punto geográfico. Bernotti es Licenciada en Economía, ha estudiado Diseño Gráfico y ha publicado libros infantiles. Desde los trece años comienza a escribir y dibujar en diarios en los que narra su vida personal, su interacción con amigos y familiares. Varias de estas primeras agendas se inspiran en su familia, que durante más de 30 años manejó una empresa que vendía repuestos y maquinaria agrícola, que ahora Bernotti ha convertido en su propio emprendimiento.
Desde 2018 dirige esta empresa, a la que puso el nombre de su madre: “Marta”. Mientras tanto ha mantenido su práctica artística radical, muchas veces reutilizando materiales y repuestos agrícolas —que tradicionalmente pertenecen a un mundo masculino— situándolos en otro contexto a través del arte. Ha expuesto en numerosos lugares y países, y como alguien que ha vivido y trabajado en una zona rural, ha priorizado promover y llevar el arte a espacios no convencionales y descentralizados.
Bernotti rastrea el comienzo de su viaje como artista cuando era una niña, encontrando su identidad y escribiendo en sus diarios. Es una práctica que ella ha continuado hasta la edad adulta. A través de sus cartas a amigos y notas en sus diarios, nos cuenta su concepción del mundo y cómo ha evolucionado en los últimos 30 años, hasta llegar a su práctica artística actual. Ella entiende que la historia es la reconstrucción, siempre problemática e incompleta de lo que ya no es, pero la artista, a través de sus memorias, tiene un lazo vívido en el presente eterno, una representación del pasado.
Las agendas de Bernotti con relatos de hechos vividos y con dibujos repetitivos que pueden ser considerados arquetipos parecen ser un ritual para sanar. Según el psicoanalista y psiquiatra Jung (1875-1961), la forma en la que los arquetipos se manifiestan depende en buena medida de la cultura en que nos hemos criado. La agenda o diario confluye siendo un elemento que sirve para recordar convirtiéndose en un canal para olvidar.
En una de sus agendas Marisa relata:
“Me descubrí a mi misma dibujando en mi agenda hace cuatro años, se suponía que era solo para escribir sobre trabajo hasta que me di cuenta que había estado dibujando inconscientemente en ella, fui a revisar otras agendas y encontré que lo había estado haciendo por años. Inclusive en ese momento me avergoncé porque no había elegido hacer eso y estaba en medio de una reunión de negocios con la agenda abierta llena de dibujos”.
Hay formas de transformar lo dado y la artista lo ha hecho a través de la creatividad y el arte.
En sus diarios de la década de 1990, escribe sobre cómo se siente oprimida y traicionada por una familia patriarcal tradicional, aunque expresa su profundo amor por sus padres y hermanos. A menudo se cuestiona su dificultad para comprender tales contradicciones, por ejemplo, el 18 de agosto de 1994, escribe:
“Tal vez algún día entienda el por qué de la vida y sus cosas, las tristezas, los problemas, las soluciones, los desencuentros, las peleas, las reconciliaciones... Tal vez algún día entienda por qué no, sí, tal vez, nunca, siempre. Tal vez, no sé, por supuesto… Quizás, solo quizás algún día comprenda mis 16 años, mi vida, mis pensamientos, mi carácter, mis esperanzas, mi amargura, mi alegría, mis lágrimas, mi risa… Ojalá algún día me entienda a mí mismo y a partir de ahí pueda entender mejor a los demás”
Hay mucho texto, dibujos, esquinas pegadas con secretos en sus diarios, los que han sido abordados e investigados durante 2021 por la artista en una especie de diálogo consigo misma. Hay una relación intensa entre Marisa y sus agendas. Hubo un intento de tirarlas a la basura, razón por la cual las dejó a la intemperie donde sufrieron intervenciones por el efecto de la lluvia. Algunas están tan bien guardadas que se han perdido y otras fueron prendidas fuego.